sábado, 5 de enero de 2013

El origen de mi gusto por la fotografia

Desde que tengo memoria la fotografía es una constante en mi vida, recuerdo a mi padre siempre con su cámara fotográfica retratando y fotografiando, él documentó su vida desde antes de llegar a la adolescencia, procedía de un pueblo muy alejado y del cual la ciudad más cercana estaba a dos días de camino, por supuesto los avances tecnológicos de la época estaban fuera de su alcance, la radio a batería y el correo eran las vías de comunicación mas veloces en ese tiempo. La fotografía era parte de la cultura popular de su pueblo y en algún momento, esa tecnología llamó la atención del chico pueblerino, tuvo tanto interés en aprender los secretos de este arte, que la distancia no fue impedimento para que le hiciera un encargo al hombre que comerciaba vía correo postal con cualquier tipo de mercancía, el pedido incluía una cámara fotográfica y químicos de revelado para película y papel. Desde entonces y aunque era un hombre típico con un empleo sujeto a un horario rígido y responsable de alimentar a diez hijos, él se dio tiempo y fotografió mucho en sus ratos libres, su archivo llega a unos cuatro mil negativos, eso sin contar todos los negativos que dejó en la casa materna cuando partió de su pueblo en la búsqueda mejores horizontes, negativos que lamentablemente se perdieron con el tiempo. Mi padre paró de hacer fotos hasta aproximadamente los setenta años de edad, nunca le he preguntado el porqué se detuvo, él siempre vio y fotografió con  un solo ojo, ya que su ojo derecho (que en apariencia es un ojo normal) lo tiene atrofiado de nacimiento, y pienso que quizás sus problemas de disminución visual en su único ojo bueno fueron la principal razón, así que él fue una especie de fotógrafo cíclope, también pienso que quizás paró para dejarnos el camino libre a sus hijos, y que nosotros siguiéramos con lo que él había empezado, y así es, de sus diez hijos, seis lo hacemos de manera constante, tenemos diferentes motivos e intereses, pero lo hacemos. Yo disparo desde aproximadamente los trece años, y muy regularmente desde los veinte años, pero los últimos dieciocho años la fotografía se ha convertido casi en una obsesión para mi haciéndome disparar mi día a día, fotografió en la calle, a la familia, los encargos y mis proyectos. Creo que nunca pararé, bueno, si hay pausas esporádicas...hay que dejar descansar a las musas.

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