Mi comentario acerca del concurso “El Tiempo” convocado por la
revista “Cuartoscuro”
El representar cualquier tema requerido por un concurso de
fotografía no es tan complicado, lo difícil es lograr transmitir al espectador
(jurado calificador) la visión muy personal que pueda tener cada fotógrafo
sobre el tema en cuestión. El resultado de todo concurso depende del consenso
resultante de los jurados, según el acuerdo al que lleguen, pero sujeto al criterio
personal de cada uno y soportado en y por las bases del concurso mismo. He
revisado una y otra vez, tanto las fotografías ganadoras como también las
fotografías finalistas que se publicaron en la revisa como resultado de dicho
concurso, desafortunadamente por cuestiones de espacio en la publicación y lo
entiendo, no es posible el apreciar las series completas seleccionadas para así
intentar comprender más fondo el propósito de cada fotógrafo, claro está que eso
desde mi muy personal punto de vista. Aun así, me ha gustado la fotografía
ganadora, creo que la he leído y comprendido, nuevamente felicidades a Sergio Limón Léycegui.
Todos los concursos presentan por fuerza muy diversas facetas,
y por eso se me hizo muy interesante la pequeña polémica que desato el
resultado con las fotografías seleccionadas tanto finalistas como ganadoras, porque,
al parecer, todos los concursantes que se quejaron merecían ser ganadores, ¿Por
qué? Pareciera que el fotógrafo de hoy cree que lo sabe todo o que tiene la
fórmula para resolver la comunicación visual con imágenes “novedosas”, de tal
manera que es mejor que todos los demás, hubo concursantes que dicen que su
trabajo es mejor que el ganador, incluso un fotógrafo se autodescalificó como
ganador de un concurso pasado con tal de justificar su propuesta actual, quizás
las fotografías presentadas por los quejosos si sean muy buenas, pero no
entiendo eso, ¿en que basan todos su dicho? Será que se esforzaron en lograr imágenes muy
pensadas y perfectas, o, quizás se basaron exactamente en las directrices
dictadas por el concurso, y se sienten defraudados, o, se ciñeron fielmente a
las reglas “dogmáticas” de la fotografía. De que sirve una imagen, como me dijo
una vez la maestra Vida Yovanovich “PERFECTITA” si esa imagen no dice nada. En
fotografía no hay nada nuevo y todo es cliché, saber ilustrar atinadamente un
tema propuesto no por fuerza es un trabajo ganador, no, un trabajo ganador es
el que conmueve, el que toca fibras sensibles del espectador, el que logra
quedarse en la memoria y no muere precisamente con “El Tiempo”. Y es el tiempo
mismo, desde que se inventó el arte de la fotografía, el que nos ha venido decantando
las imágenes ganadoras, que son todas aquellas fotografías tanto de autores
anónimos como conocidos que han logrado permanecer, son esas imágenes que traspasan
generaciones y se gravan en la memoria del colectivo social, imágenes que son
inolvidables, incluidas fotografías mal expuestas, borrosas, con grano y sin
composición, sin importar regla alguna, pero eso si, con una GRAN ALMA.
Felicidades a Cuartoscuro.
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